El síndrome del piramidal, también conocido como falsa ciática, es una alteración de carácter neuromuscular en la que se ven implicadas dos estructuras principalmente, el músculo piramidal (piriformis) y el nervio ciático cuya trayectoria es anterior (Heiderscheit y McClinton, 2016).
La causa de esta alteración suele ser una compresión del músculo piramidal sobre el nervio ciático (Miller, White y Ross, 2012). Este aumento de compresión puede deberse a que dicho músculo se encuentra con un exceso de tensión debido a un traumatismo sobre la zona, a una lesión de la zona lumbar y/o sacroilíaca o a un sobreuso del mismo, es decir, al exceso de fatiga muscular (Tonley, Yun, Kochevar, Dye, Farrokhi y Powers, 2010).
Entre los principales síntomas del síndrome del piramidal destaca un fuerte dolor en la zona que se irradia hacia la pierna, pudiendo llegar a producirse una importante pérdida de fuerza y sensibilidad.
En el presente artículo abordaremos el síndrome del piramidal desde un objetivo de mejora de la función muscular, entendiendo que una parte importante de ese dolor viene dado por un desequilibrio entre los diferentes músculos de la cadera.
Durante el ciclo de la carrera el músculo piramidal actúa en coordinación con el resto de musculatura de la cadera para estabilizar la articulación y crear un entorno estable donde poder aplicar fuerza en cada zancada, buscando la máxima propulsión posible.
Junto al piramidal, los glúteos medio, mínimo y mayor también tienen un papel importante a nivel estabilizador (Lenhart, Thelen y Heiderscheit, 2014). Por ello, cuando uno de ellos se encuentra débil es el músculo piramidal, entre otros, el que tiene que asumir más tareas de las que debiera, generándose así un ciclo de carrera alterado con el consiguiente resultado final, sobrecarga del músculo piramidal y mayores probabilidades de compresión sobre el nervio ciático.
Para prevenir este contexto es imprescindible fortalecer el piramidal y el resto de los músculos implicados, para lo cual os proponemos 8 ejercicios clave para el síndrome del piramidal basados en lo que dice la ciencia:
Desde esta posición sube la pelvis hacia arriba, hasta la máxima extensión, sin cambiar la neutralidad del tronco. Intenta mantener el equilibrio entre ambas caderas y extiéndelas de forma coordinada. Debes exhalar cuando subes e inhalar cuando bajas.
Dispones de diferentes niveles de intensidad, añade una goma como en el vídeo para mayor dificultad e incluso hazlo sobre solo una pierna. Es muy importante intentar notar la activación muscular de los glúteos (zona de las nalgas) y no los lumbares o isquiosurales (zona posterior de la pierna).
Equipo E-Motion
Titulados universitarios en Ciencias de la actividad física y deporte y fisioterapeutas.
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