El ayuno intermitente está de moda. A estas alturas habrás oído hablar de sus múltiples beneficios o puede que, por el contrario, pienses que es una auténtica locura que hará mermar tu rendimiento, desaparecer tus músculos o conducirte directamente a la muerte.
Sea cual sea la idea que tengas preconcebida, en este post vamos a tratar de responder a las dudas más habituales sobre esta práctica: qué es el ayuno intermitente, cuáles son sus tipos, sus peligros y ventajas, cómo hacer el ayuno intermitente y si es apropiado o no para los deportistas.
El ayuno consiste en la abstinencia voluntaria de la ingesta de alimentos durante un período determinado de tiempo, es decir, no comer nada. Aunque un periodo prolongado de ayuno puede parecer una locura, la realidad es que con un protocolo de ayuno intermitente adecuado se puede llevar a cabo fácilmente.
En este sentido, el ayuno intermitente es la limitación, en el mismo día, de las horas durante las cuales nos alimentamos. No es que pases el día entero sin comer sino que espacies más las comidas, que pases unas horas “en ayunas”. Porque normalmente comemos y, cuando terminamos la digestión, volvemos a comer, por lo que no permitimos al cuerpo estar en ayuno.
Como hemos visto, se ayuna parcialmente durante la noche. Este sería uno de los tipos de ayuno intermitente, pero de únicamente 8 horas. Es por ello que cuando hablamos de ayuno intermitente nos referimos a estar sin ingerir alimento más de 8 horas, al menos 12, lo que hará que tengamos una ventaja de alimentación de otras 12 horas.
Este ayuno 12/12 es una buena idea para iniciarse y el más fácil de practicar, incluyendo dos comidas diarias. Por ejemplo, puedes desayunar a las 8 de la mañana y cenar a las 20 horas.
El ayuno 14/10 consiste, como habrás imaginado, en ayunar 14 horas y realizar las comidas en una franja de 10 horas. Por ejemplo, si cenas a las 21 h, con retrasar el desayuno a las 11 de la mañana estarías llevando a cabo esta práctica.
El ayuno de 16 horas es el que ha cobrado más popularidad por su practicidad y eficiencia, pero también por haber sido objeto de más estudios. Siguiendo el ejemplo anterior, para realizar esta modalidad 16/8 bastaría que, tras cenar a las 21h, esperes a las 13 h para comer, siendo esta tu primera comida.
Si no te ves pasando la mañana en ayunas, una buena opción puede ser adelantar la cena a las 19 h, y tomar la primera comida a las 11 de la mañana. Este formato es mi favorito a título personal, aunque culturalmente en España cuesta un poco. Si te animas por probar el ayuno 16/8, te recomiendo que adelantes la cena de esta forma.
“El ayuno intermitente puede convertirse en otro hábito saludable en la vida de las personas.“
The New England Journal of Medicine, Dr. Mark Mattson, neurocientífico de Johns Hopkins Medicine.
El doctor Mark Mattson, neurocientífico considerado por el Instituto Nacional de Salud como "uno de los mejores expertos del mundo en los posibles beneficios para la salud física y cognitiva del ayuno intermitente”, ha liderado diferentes estudios que concluyen que el ayuno es una práctica saludable que puede mejorar la salud de la población general.
Estos informes revelan que el ayuno intermitente, incluso con periodos cortos de ayuno, contribuye a la mejora de los lípidos en sangre y el control glucémico, la reducción de la insulina circulante (disminuyendo la presión arterial), la disminución de los marcadores inflamatorios y la reducción de la masa grasa.
Estos efectos están probablemente mediados a través de cambios en las vías metabólicas y procesos celulares, tales como la resistencia al estrés, la lipólisis (proceso catabólico que permite la movilización de lípidos, que constituyen la reserva de combustible en el tejido graso hacia los tejidos periféricos para cubrir las necesidades energéticas del organismo) y la autofagia, una especie de reciclado de materiales en el organismo.
Tenemos cada día más evidencias de las ventajas del ayuno intermitente, pero debes tener una cosa clara: la mayoría de las mismas pueden obtenerse si las combinas con la práctica de ejercicio físico. Es decir, el ayuno no es una varita mágica, el ejercicio de calidad le gana.
Durante las horas de ayuno se debe incrementar la ingesta de agua, evitando la ingesta de alimentos y bebida que aporten energía. Si es un ayuno de más de 16 horas o si se va asociar a la práctica deportiva de larga duración, habría que valorar además la ingesta sales minerales. Si estás en casa, una buena opción es el caldo de huesos.
También puede ser una ayuda la ingesta de infusiones sin azúcar y de café solo, que merman la fatiga e incluso pueden ayudarte a reducir la posible aparición de hambre o decaimiento al principio, cuando no estás adaptado a esta práctica.
Para muchas personas que entrenan a primera hora, desde corredores o crossfiters a practicantes de cualquier otro deporte, no ingerir nada antes de entrenar es lo común y no supone ningún problema. Para otros muchos, aún sigue sonando a locura realizar el entrenamiento diario sin haber "repostado". Pero lo cierto es que fisiológicamente nuestro cuerpo, por norma general, no está “sin combustible” para la práctica deportiva cuando nos levantamos.
Por tanto, no existe ningún inconveniente en practicar ejercicio físico en ayunas. Pero si no se está adaptado a esta práctica o si se busca aumentar el rendimiento, habría que valorar el caso individual pudiendo por ejemplo aumentar la ingesta en la cena.
En relación a la pérdida de grasa, el ayuno intermitente puede ser una muy buena opción. Una de las razones principales es que, al eliminar comidas, lo más probable es que se disminuya la ingesta calórica total. Siempre y cuando el total de calorías sea el adecuado y el tipo de alimentos que incluyas sean de calidad.
Este punto es importante para que se dé otro de los objetivos que se suele perseguir con el ayuno: la regulación hormonal del hambre y la saciedad. Pero para ello es necesario tener paciencia, aprender a regular tus comidas de este modo y, teniéndolas bien planificadas, no usar el ayuno como mecanismo compensatorio ni para amparar nuestro desorden dietético. Si se quiere perder grasa, es una forma de distribuir las comidas que debe ir de la mano con la buena selección de alimentos y la planificación del menú.
No podemos terminar este post si aclarar que todos estos consejos son recomendaciones generales, pero no todo el mundo es capaz de adaptarse al ayuno intermitente y lo mejor es que acudas a un especialista para que pueda asesorarte.
Paloma Quintana Ocaña
Dietista Nutricionista
Colegiada nº: CV 00791
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Twitter: @NutricionconQ