Tras regresar de Rio en 2016 con una magnífica medalla de oro, emulando su hazaña en Londres cuatro años antes, Helen Glover tomó la decisión de alejarse de su amado deporte, el remo. En los siguientes años prácticamente no se sentó en un bote ni máquina de remo, sino que fundó una familia y dedicó todo su tiempo a criar a sus tres hijos. Durante e confinamiento de 2020 volvió a entrenar y se dio cuenta de que todavía tenía la forma física y la pasión por competir al más alto nivel. Helen espera que su increíble historia pueda inspirar a otras personas y demostrar que tener hijos no debería significar poner fin a algo que les apasiona.