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Stories | 08.03.2021

Raúl Entrerríos: The Last Dance

Raúl Entrerríos nos explica cómo ha sido su relación con Mizuno

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Raúl Entrerríos es historia viva del balonmano español y mundial. Recién cumplidos los 40 sigue al máximo nivel y, tras conquistar en el último mes la Copa del Rey y la medalla de bronce en el Mundial, afronta con ilusión los que van a ser sus últimos meses como profesional. Hablamos con él sobre su trayectoria, la relación que ha tenido con Mizuno y los retos que le quedan por delante para poner un broche de oro a su brillantísima carrera.

 

Enhorabuena por el título, ha sido vuestra octava Copa del Rey consecutiva.

 

Muchas gracias, es un título muy importante para el equipo. A principio de temporada nos marcamos el objetivo de intentar ganar cada competición y llegar a una cita especial como es la Copa del Rey y cerrarla con un nuevo título es muy gratificante.

 

 

Además fuiste elegido MVP de la final, no se puede pedir más.

 

Sí, además ha sido mi última participación en la Copa del Rey y jugarla en Madrid, con la presencia de algo de público, lo ha convertido en un momento inolvidable. Respecto al MVP es algo que valoro y agradezco, pero siempre le he dado la importancia justa a esto. El balonmano es un deporte de equipo y lo que intento es hacer el máximo por el colectivo e intentar ganar como equipo.

 

 

 

Este título llega apenas un mes después de conseguir el bronce en Egipto, ¿qué valoración haces de ese tercer puesto en el Mundial?

 

Muy positiva. Estar entre los tres primeros del mundo es algo muy importante y más viniendo de la trayectoria que hemos marcado en los últimos años. Después de ser campeones de Europa, tener la continuidad de pódium en el siguiente Mundial es muy importante para el equipo y para el balonmano español.

 

 

¿Os quedasteis con un sabor agridulce por cómo se produjo la derrota en semifinales, con ese balón al larguero en la jugada final?

 

Es duro quedarte fuera de la lucha por el oro y más por cómo fue el partido, ya que tuvimos oportunidades en el tramo final e incluso pudimos empatar en la última jugada. Pero el deporte es así, hay que tener esa pizca de fortuna y en esta ocasión no la tuvimos. Pero el hecho de levantarse y entender el valor de conseguir el bronce fue algo que el equipo asimiló desde el primer momento y hay que darle mucho valor.

 

 

La revancha puede llegar en Tokio, el único gran torneo que te queda por conquistar.

 

Es un torneo extraordinario para cualquier deportista y conseguir una medalla allí sería algo único. Personalmente sería mi última competición como jugador en activo y, si tengo el privilegio de acudir, sería muy especial poder despedirme con un metal.  

 

 

Viendo cómo transcurrió el pasado Mundial, parece claro que España debe ser una de las favoritas para conseguir medalla.

 

No hay duda de que España será un equipo competitivo. Pero somos humildes y entendemos que todos los equipos quieren lo mismo que nosotros. Llevamos una trayectoria muy buena los últimos años y eso nos hace estar en el grupo de favoritos, pero viendo los campeonatos y lo que trabajamos para conseguir cualquier victoria, hay que entender que se pueden dar resultados negativos. Y eso nos hace estar muy alerta y entender que si queremos llegar lejos en unos Juegos Olímpicos hay que trabajar desde el primer día.

 

 

“Quiero ser un jugador competitivo hasta el último día” 

 

 

Si no hay lesiones, te vas a convertir en el jugador que más veces ha vestido la camiseta de la selección.

Es un privilegio y un orgullo haber participado en tantas ocasiones con el equipo nacional. Es difícil imaginar que vas a alcanzar una cifra así cuando empiezas como profesional, cuando piensas en disfrutar de tu primer campeonato, del segundo…y así sucesivamente. El tiempo va pasando y no te das cuenta porque estás metido en la dinámica de competición de una forma muy intensa. Siempre he pensado que quizá le daré muchísimo más valor cuando cierre esta etapa, cuando acabe mi carrera y eche la vista atrás.

Raúl Entrerríos jugó el Mundial de balonmano con las Wave Stealth Neo

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¿Será tu último torneo, te retirarás después de los Juegos? En alguna entrevista parecía que estaba abierta la posibilidad de continuar…


Sí, sí, ya es definitivo. La idea era retirarme la temporada anterior después de los Juegos Olímpicos y pasar a otra faceta dentro del balonmano. Pero toda la situación generada por la Covid y el aplazamiento de los Juegos me hizo tomar la decisión de intentar estar en Tokyo y acabar la temporada con la máxima normalidad. Y aquí estoy, disputando una temporada que no estaba prevista, de un último campeonato del mundo que tampoco estaba sobre el papel e intentando ser el jugador competitivo que me permita estar otra vez con la selección en esos Juegos.

 

Debe ser difícil retirarse cuando se está al máximo nivel. ¿Qué factores influyen a la hora de tomar una decisión así?

 

Hay que valorar muchísimas cosas, estar preparado para ello. Soy un jugador veterano que lleva ya tiempo asimilando y entendiendo que este momento va a llegar, pero es complicado porque cierras una etapa muy importante de tu vida. Son 20 años como jugador, haciendo prácticamente lo mismo en tu vida diaria, con muchísimas rutinas, viviendo experiencias que se repiten temporada tras temporada para ahora cambiar y hacer algo diferente. Pero al mismo tiempo quiero ser un jugador competitivo hasta el último día.

 

 

Queda lo mejor: la Champions, el final de la liga y los Juegos Olímpicos.

 

Sí, nos quedan todavía objetivos muy importantes. Estamos en la Champions League y esperamos poder estar en la Final Four y cerrar bien la liga. A nivel de selección las competiciones previas que tenemos de la EHF Cup y lógicamente, si puedo estar en los Juegos Olímpicos sería algo muy especial que me apetece muchísimo.

 

 

Acabo de cumplir 40 años y sigo aprendiendo en cada partido” 

 

 

Una pena que tu temporada de despedida esté siendo tan extraña, sin público y con todas las restricciones causadas por la Covid.

 

Es el único “pero” que puedo achacar a esta temporada. Es extraño jugar en pabellones vacíos, sin afición, jugando en casa sin nuestra gente. Es una temporada y un año muy especial y hay que adaptarse, no queda otra. La gente está sufriendo muchísimo y nosotros tenemos el privilegio de poder hacer nuestro trabajo, por lo que debemos aprovecharlo y saborear la oportunidad de competir. Y personalmente, siendo la última temporada, tengo que disfrutarla al máximo. No puedo quejarme.

 

 

¿Cómo se hace para mantener un nivel tan alto con 40 años?

 

Hay muchos factores. Creo que los principales son el hambre por competir, la ilusión y sobre todo el aprendizaje continuo. Siempre me he considerado un jugador de equipo capaz de adaptarme a lo que necesitan mis compañeros y mi entrenador. Eso me ha llevado a tener trayectorias largas en clubes y en la selección. Acabo de cumplir 40 años y sigo aprendiendo en cada partido, en cada entrenamiento, siempre hay pequeños detalles que puedes agregar a tu juego y eso es fundamental.

Raúl Entrerríos nos explica cómo ha sido su relación con Mizuno

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En los últimos 20 años te ha dado tiempo a competir prácticamente con dos generaciones de jugadores, ¿cómo ha evolucionado el balonmano?

 

Ahora es mucho más físico, como todos los deportes colectivos. Pero al mismo tiempo, en España hay una filosofía y una esencia de juego que se ha mantenido a lo largo de estos años y que se pone de manifiesto en la sección, el tener siempre claro el valor del colectivo por encima de todo. Eso no ha cambiado y nos ha permitido mantener los éxitos.

 

 

¿Y qué queda del Raúl Entrerríos que debutó hace dos décadas?

 

Para mí ha sido una constante adaptación, empezando por Ademar y Valladolid, dos equipos con diferentes estilos de juego. Y luego en Barcelona llevo once temporadas en las que el sistema ha ido evolucionando hacia un modelo más atlético, con jugadores más físicos, más rápidos. Y siempre he tratado de adaptarme a ello, eso ha sido fundamental para tener esa continuidad.

 

 

Con tu club habéis ganado las últimas 10 ligas y las últimas 7 copas, un caso prácticamente único en cualquier deporte profesional. ¿Cuáles han sido las claves para mantenerse tanto tiempo en lo más alto?

 

La exigencia nos la marcamos en el día a día, en los entrenamientos. Estamos en un club en el que no vale quedar segundos y tienes que aspirar a ganar todas las competiciones. No siempre se ha podido hacer a nivel de Europa, pero en la competición doméstica estamos teniendo una trayectoria muy buena. Independientemente de que hayamos conseguido o no el título en la temporada anterior, el equipo siempre mantiene la ambición.

 

 

Has sido el capitán tanto de tu club como de la selección en una época absolutamente exitosa, ¿cómo definirías tu estilo de liderazgo?

 

 

Hay diferentes tipos de liderazgo. Yo soy un jugador al que le gusta trabajar duro y mostrar un compromiso y un ejemplo en el día a día. Es mi forma de demostrar a jugadores más jóvenes que la implicación con el equipo debe ser constante tanto en entrenamientos como en partidos, dentro y fuera de la pista.

 

 

“De todas las marcas deportivas con las que he trabajado, me quedo con Mizuno” 

 

 

¿Qué importancia tiene un capitán para el éxito de un equipo?

 

Sobre todo debe intentar que en el grupo haya una química y un ambiente propicio para trabajar, eso es fundamental. No vale únicamente con tener buenos jugadores y jugar bien, se trata de formar un grupo humano capaz de superar dificultades, de trabajar unidos, entendiendo el rol de cada uno y siempre por un objetivo común.

 

 

Tu carrera ha estado vinculada durante muchos años a Mizuno, ¿qué valoración haces de la colaboración con nuestra marca?

 

La mejor. De todas las marcas deportivas con las que he trabajado sin duda me quedo con Mizuno. Lo que busco como deportista es un buen producto que me permita hacer mi trabajo de la mejor forma posible y, además de esto, Mizuno me ha ofrecido siempre un trato excepcional.

 

 

Esta colaboración ha cristalizado también en el campus para niños que organizas cada año

 

Sí, me encanta tener a una marca como Mizuno vinculada a este proyecto. Es un campus de balonmano lúdico, en el que también trabajamos muchos otros aspectos como programas antibullying y el fomento de los valores que van asociados al deporte. Queremos que los niños y niñas, además de trabajar el balonmano, se lo pasen bien. Pero también ser responsables con la sociedad.

Imagen del campus de balonmao Raúl Entrerríos, del que Mizuno es patrocinador

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En el pasado Mundial jugaste con las Wave Stealth Neo. ¿Qué destacarías de la zapatilla?

 

Por mi juego de primera línea, como central, hago muchísimos desplazamientos laterales de forma explosiva, por lo que necesito máxima estabilidad y la Wave Stealth Neo me la ha dado. Además, siempre he jugado con la Stealth y es un modelo que ha ido mejorando, ha ido disminuyendo su peso y es algo que valoro muchísimo. Llega un momento en el que te olvidas de la zapatilla y es lo que todos los deportistas buscamos, no estar pendientes de la posible falta de comodidad o de un posible fallo de la zapatilla, sino jugar totalmente concentrado.

Raúl Entrerríos juega habitualmente con las zapatillas de balonmano Wave Stealth Neo